La presión de la Marea Verde provoca tensiones en el seno del gobierno de Esperanza Aguirre
Según nos informa una fuente que trabaja en la Consejería de
Educación, la tensión es alta y cunde el nerviosismo. La firmeza
beligerante, con la que se muestran Esperanza Aguirre y Lucía Figar de
cara a los medios, es una fachada frente a la obstinada Marea Verde y
las múltiples presiones de amplios y diversos sectores de la sociedad.
Además de la comunidad educativa, los sindicatos, toda la oposición, un
buen número de medios de comunicación y hasta gente de su propio
partido, inmerso en campaña electoral, piden a Esperanza Aguirre que de
marcha atrás. Como si todo esto fuera poco, la movilización está sacando
a la luz con toda su crudeza las políticas de segregación y
privatización de la educación pública, anteriormente ignoradas. Esta
situación está provocando enormes tensiones en el seno del gobierno
regional, algo relativamente novedoso en la trayectoria presidencial de
la lideresa.
Hemos sabido que las Instrucciones fueron elaboradas por el actual
Viceconsejero de Empleo, Jesús Valverde Bocanegra, junto con el Director
General de Recursos Humanos, Miguel Zurita. El primero era en esos
momentos Viceconsejero de Organización Educativa y de él dependían
Recursos Humanos, las Áreas Territoriales y la Inspección. Según la
información que nos ha llegado, Jesús Valverde Bocanegra puede ser la
primera persona que dimita si Esperanza Aguirre lo considera necesario.
La propuesta que realizó Bocanegra de aumentar a 20 horas lectivas se
basó en un brevísimo informe que calculaba el ahorro que se produciría
por la reducción en la contratación de interinos. Sobre la base del
coste de un profesor en 45.000 €/año, calculaban un ahorro de 150
millones equivalente a 3.000 profesores menos. Además pensaban que el
coste político no sería muy alto, ya que los principales perjudicados
serían los interinos, a su entender un sector minoritario y poco
organizado.
La circular aparece luego firmada por la también Viceconsejera,
Alicia Delibes, cuyo marido es el Jefe del Gabinete de Esperanza
Aguirre. Finalmente las Instrucciones llegaron a los centros en julio y
los cupos de profesores por centro se elaboraron todavía más tarde y ya
con indicaciones verbales, ninguna escrita, de los inspectores.
Los sindicatos recurrieron las Instrucciones en julio y ahora el
Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha dicho que las Instrucciones
no son norma y que, por lo tanto, los profesores podrán recurrir
individualmente cuando se les den las normas definitivas (horarios) para
comprobar que se ajustan (o no) a la Orden de 1994 y 1996.
Hasta aquí el proceso, ya contado en otros artículos, que siguieron
las famosas Instrucciones causantes de los recortes. El ahorro económico
estaba perfectamente calculado no así el coste político. Aunque estas
instrucciones contaban con el apoyo de los responsables de la Consejería
de Educación y de la propia presidenta, en ningún caso habían sido
advertidos de las posibles consecuencias que podrían derivarse de una
movilización ciudadana en contra de las mismas. Las declaraciones
incendiarias de la presidenta cuando se anunciaron las primeras huelgas
dan pie a pensar que hasta ese momento no había comprendido que el
conflicto no se iba a reducir a una batalla contra los sindicatos que
podrían aprovechar políticamente al estilo Reagan & Thatcher.
Además de la enorme presión social a la que se ve sometida por la
Marea Verde, la Consejería de Educación está en un buen lío jurídico y
no ve la forma de salir de él. Deben conocer que una gran parte de los
centros van a firmar el DOC (documento de horarios) con un NO CONFORME
de directores y jefes de estudios, así como de muchos profesores de la
mayoría de centros. Eso iniciará un engorroso proceso de reclamaciones
ante las Direcciones Territoriales que acabarán probablemente en los
tribunales.
Según nos informan, Alicia Delibes y Mª José Díaz Patrón, son las
personas designadas por Esperanza Aguirre para suavizar el conflicto.
Para ello están manteniendo diversas reuniones con directores para saber
su opinión sobre las movilizaciones y preguntar si podría apaciguarse
el ambiente si envían algún profesor más a los centros. Una práctica que
han venido aplicando a cuenta gotas a medida que el conflicto se
incrementaba. El problema es que con los horarios cerrados, los
profesores que se envíen sólo podrán hacer guardias o hacerse cargo de
las bibliotecas. Sólo anulando las Instrucciones y rehaciendo los cupos
se podría volver a la normalidad.
Queda menos de un mes para las elecciones generales y el conflicto,
con la Marea Verde a la cabeza, puede convertirse en uno de sus actores
protagonistas, muy a pesar de Rajoy. Esperanza Aguirre está tratando de
ganar tiempo hasta después de la victoria electoral del PP. Pero si se
consigue mantener el nivel de movilización es posible obligar al
gobierno de la Comunidad de Madrid a rectificar, aunque sea difícil que
lo haga públicamente. Ha subido la marea y ha removido el fondo de un
sistema educativo público abocado a la reproducción social de la
desigualdad. Nos queda por ver si consigue arrastrar con ella las
“Instrucciones del curso” y a alguna de sus cabezas visibles. Merece la
pena intentarlo.
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